¡Hola Amigas, hoy es un día desafiante para cada una de nosotras!
Hoy les platicare de una oración importante y desafiante.
Puede que suene raro lo que te voy a decir pero, es posible que algunas de nosotras nos rehusamos a orar este tipo de oración. No es una oración muy común, no es fácil orar así, no hace click no encaja con la mayor parte de nuestras oraciones, no es consistente con él algunas oraciones en donde todo es prosperidad y bienestar.
Me gustan las oraciones que son fáciles, y no me malinterpretes, no tiene nada de malo orar, ya que la palabra oración tiene para algunos un sentido o concepto, en donde juntas varios enunciados que se dirigen a Dios. Pero te hablo de algo que va más allá de una oración o un rezo. De hecho platicar con Dios, es una charla, un diálogo, en donde él también habla.
Por ejemplo, señor ayúdame con mi día, mantenme a salvo, bendíceme, porque honestamente muchas veces nos gusta la comodidad de nuestra oración, no queremos que alguien venga a incomodarnos y salirnos de nuestra zona de confort. No queremos que nos interrumpan, no estoy tan segura de ser desafiada.
Ahora sí que, Dios sí en verdad me amas, dame un día libre de tanto ajetreo, con comida rica, semáforos en verde, hijos bien portados, gente amable que de las gracias, que mi esposo sea acomedido.
Creo que estamos en un tiempo en donde tenemos que hacer algo incómodo, algo que vaya en contra de nuestra comodidad, algo que me saque de la “cristiana” que soy. Ser una mujer peligrosa, que tiene oraciones peligrosas!!!
Quiero invitarte a ser una mujer peligrosa que tiene oraciones peligrosas.
Sabes el seguir a Jesús requiere de mujeres y hombres peligrosos.
La oración se titula “ Dios, Rompe Mi Corazón”, Rompe mi corazón, triturarlo, desvísteme de la comodidad, destruye mi apatía espiritual.
Y sabes, si hablas con Dios de esta forma él te va a escuchar y te responderá, y entonces vas a sentir algo que quema tu interior y tu corazón anhelara el fuego que hay en el corazón de Dios. Tal vez, comiences a levantarte durante la madrugada con un sentir de hablar con el Padre, en tu corazón nacerá un coraje por la justicia, vas a comenzar hacer cosas que tal vez otras personas no comprendan, y es probable que seas criticada por ello.
La palabra de Dios nos habla sobre el profeta Jeremías, le llamaban el profeta llorón, sabes porque, porque su corazón se rompía constantemente por el pueblo, el capítulo 8:18 nos habla de cómo el pueblo de Judá se estaba rebelando en contra de Dios, y el corazón de Dios estaba destruido por su pecado.
Jeremías, iba a Dios afligido y hablaba con él, su corazón se hacía pedazos. El Jeremías 8:18,21 nos dice:
18, Mi dolor no tiene remedio; mi corazón está destrozado.
21, Sufro con el dolor de mi pueblo, lloro y estoy abrumado de profunda pena.
Ahora, quiero hacerte una pregunta, ¿Queremos vivir como Jeremías?
No se si soy la única pero quiero despertar y no tener problemas, así de fácil, no quiero que nadie me provoque, no quiero a gente grosera cerca de mí, no quiero personas que se metan en la fila, quiero manejar con tranquilidad y no estar apunto de chocar, cosas importantes como estas quiero en mi día, jajajajajajajajajajajaja…
Cuando hablo de algo que rompe tu corazón, hablo de algo que quebranta tu corazón, que quebranta tus pensamientos, que es persistente y no se va, hasta que llega el momento en que tienes que hacer algo al respecto. Le pido al Espíritu Santo en este momento que hable y traiga convicción a tu vida.
Honestamente cuando llegas a este lugar, es todo lo opuesto a lo que nuestra cultura dicta, y nos dice, Dios existe para quitar tu dolor y quitar tus problemas, quita tu dolor, sufrimiento y todas las pruebas, es esa cultura de reclámaselo a Dios, de las abundancias que habla su palabra. O una corriente completamente opuesta, Dios no existe, tu tienes el poder, tú lo controlas sola, tu llamas las cosas del universo. ¡NOOOOOO! No es así.
Ahora quiero proponerte este pensamiento, que tal si las bendiciones más grandes de parte de Dios nacen desde un lugar de sufrimiento.
yo recuerdo en mis momentos mas bajos, en medio del dolor, decepción, depresión y sufrimiento sin tener respuestas a mis preguntas, al hacer lo único que me quedaba que era ir con mi Dios, con este ser maravilloso que es el único que sabe el porque de todas mis circunstancias entendí que esto daría en un tiempo no muy lejano bendiciones.
El dolor, purifico mi alma, mi interior, el sufrimiento me convirtió en una mujer fuerte en Él.
Si deseas ver el video de esta platica te invito a que revises nuestras redes sociales en @/nosotrassomosimparables.
Te mando un fuerte abrazo y bendiciones, Ana Romero
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