EL ESCUDO DE LA FE
EFESIOS 6:16 “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, conque podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”
“Que su confianza en Dios los proteja como un escudo, y apague las flechas encendidas que arroja el diablo.”TLA
“Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo.”NTV
Este estudio lo vamos a dividir en tres secciones a estudiar.
- Sobre Todo
- La Fe
- Los dardos del enemigo
- SOBRE TODO.
¿Te das cuenta de algo diferente en este pasaje en comparación a las demás piezas de la armadura? Usa la frase: SOBRE TODO.
Lo que nos dice el uso de esta frase en particular es que es de suma importancia, podría hasta significar que es la pieza más importante y que sin ella, lo demás no podrá funcionar adecuadamente. Si hay alguna pieza que no debe faltarte, entonces, es ésta.
El escudo, así como el resto de las piezas que hemos estudiado hasta ahora, es una pieza defensiva de la armadura. Sin embargo, tiene una característica muy particular: tú puedes controlarlo. A diferencia de la coraza, el cinto y los zapatos que los colocas y deben permanecer en su lugar, el escudo se sube y se baja de manera voluntaria. Esto es bastante interesante.
2. LA FE
Lo que nos cubre de los dardos del enemigo es nuestra fe. Si estás cubierto por tu fe, entonces no llegan, si dudas quiere decir que bajas el escudo y por lo tanto te alcanzan a llegar los dardos de fuego.
¿Qué es la fe?
Veamos lo que nos dice Su palabra en Hebreos 11:1, “ES PUES LA FE, LA CERTEZA DE LO QUE SE ESPERA, LA CONVICCIÓN DE LO QUE NO SE VE.”
“Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.” TLA
“La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.” NTV
¿Qué es certeza? Seguridad, conocimiento seguro de que algo es verdad.
¿Qué es convicción? Convencimiento, persuasión, seguridad, certidumbre.
Pero ¿De qué es de lo que hemos de estar tan seguros? De aquello que esperamos, pero no podemos ver.
Cuando tú estás esperando algo con CERTEZA, no tienes la menor duda de que llegará. Es como estar en la estación del tren con tus maletas 2 horas antes, sin tener la menor duda, ni siquiera la consideración, de qué no llegará.
- Si tú tienes la certeza, esperas con seguridad y paciencia, porque sabes que llegará, sabes que es verdad.
- Si tú tienes la certeza, no esperas haciendo planes de lo que harás en caso de que no llegue…entonces ya no sería certeza, sería una esperanza, un deseo solamente.
¿Te ha pasado que alguien te pide que ores por ellos? Con mucha cautela aceptas y pones tu mano sobre su hombro y empiezas a orar:
Señor, si es tu voluntad, te pido que sanes a mi hermano. Jesús, Tú llevaste nuestras enfermedades en la cruz, y por Tus llagas somos sanados – si es tu voluntad, sana a mi hermano. En el Nombre de Jesús. Amén.
¿Te suena algo mal de esta oración? Es lo que normalmente hacemos, pero te voy a decir qué es lo que le falta: LA CERTEZA.
¿Cómo es eso? ¡Claro! En esta oración estás dejando lugar para que Jesús no de sanidad…estás expresando tu duda de que sea su voluntad o no sanar a quien está pasando por enfermedad.
¿Cómo sería una oración con certeza? SEÑOR JESÚS, TE DOY GRACIAS POR LA SANIDAD DE MI HERMANO. DECLARO QUE POR TU MUERTE EN LA CRUZ TODAS SUS ENFERMEDADES SON SANAS COMO DICE LA ESCRITURA. TE DAMOS GRACIAS PORQUE VEREMOS LA MANIFESTACIÓN DE ESA SANIDAD SOBRE SU CUERPO. LO DECLARAMOS ASÍ PORQUE TÚ LO HAS DICHO EN TU PALABRA Y TU PALABRA ES LA VERDAD.
¡Wow! ¡Qué oración tan diferente! Esa es una oración con certeza, una oración con FE.
Ahora, este es solo un ejemplo, porque la fe no es solo para cuando oramos por alguien o para cuando le pedimos algo a Dios. Veamos ejemplos de nuestro escudo en acción:
EL DARDO: Hay una epidemia de influenza humana a nivel mundial.
EL ESCUDO: EL Salmo 91, Dice que no llegara pestilencia a mi casa.
LA DUDA: El Salmo 91, Dice que no llegara pestilencia a mi casa, pero que si a la mía llega?
EL DARDO: Hay Crisis económica a nivel mundial.
EL ESCUDO: LA PALABRA DE DIOS, Dice que Él suplirá todo de acuerdo a sus riquezas en gloria.
LA DUDA: ¿Que si no me alcanza?
Cuando tú tienes fe es como si este escudo subiera, y cuando dejas que entre la duda, es como si este escudo bajará.
Kris Valloton dice, dudar es tener fe en el dios equivocado. Dudar es tener fe en lo que el enemigo dice.
Si te das cuenta, el escudo te protege de aquello que quiere quitarte la bendición completa de todo lo que Jesús compró por ti en la Cruz. El detalle es que aquí, tú decides subir o bajar el escudo.
Los ataques del enemigo no tienen que ver con tu comportamiento, tienen que ver con tu FE. No debes preguntarte si hiciste algo para merecer lo que te está pasando, lo que debes preguntarte en todo momento es ¿Estoy en fe ahora?
La única manera de apagar el efecto de tu escudo es desde tu interior, cuando tu dejas a la duda entrar.
- LOS DARDOS DE FUEGO DEL ENEMIGO.
En una de las primeras lecciones hablábamos acerca de ubicar bien la dimensión de nuestro enemigo, el diablo. Esta última frase de nuestro versículo nos habla acerca de la dimensión de los ataques de nuestro enemigo – son simples dardos.
¿Recuerdan qué es importante ubicarnos en el tiempo cultural de la época? Hagámoslo.
En la época de Pablo existían armas muy sofisticadas – teníamos las espadas, las lanzas y, una de las más famosas para los Romanos (que eran grandes guerreros y conquistadores), la catapulta.
Todas estas eran armas muy efectivas y que causaban grandes daños. Debemos recordar que los Romanos conquistaron TODO el mundo conocido de su tiempo, pero dudo mucho que lo hayan conquistado con dardos de fuego.
Cuando ubicamos los dardos de fuego en aquellos tiempos, sabemos que estamos hablando de flechas que lanzaban con la punta encendida para incendiar las ciudades y arruinarlas. La mayoría de estas flechas no surtían efecto; se apagaban en la trayectoria o caían sobre piedra o algún lugar que no sé encendía de manera que el fuego no era propagado.
Esto es precisamente lo que hace el escudo, hace que los pequeños dardos de fuego que el enemigo manda a tu vida no se propaguen, se apaguen en el momento en el que caen sobre tu escudo. Tu fe apaga los efectos que puede tener ese fuego pequeño que ha llegado a tu vida.
Vamos a ver un ejemplo:
Imagínate la siguiente escena, recuérdala bien porque la estaremos usando para varias ilustraciones en los temas que siguen.
Están unas amigas platicando. Se ve que la plática está muy intrigante…algo se traen entre ellas estas amigas.Lucy alcanza a verlas de lejos y se da cuenta que la voltean a ver en varias ocasiones. Inmediatamente piensa que están hablando de ella. “¿Qué están diciendo de mí? De seguro están hablando algo malo de mí. ¿Yo qué les he hecho a ellas? ¿Qué les pasa?” Lucy se ofende y empieza en su mente a correr la imaginación, tratando de descifrar lo que sus amigas estarían hablando de ella. Cada vez se siente peor y más ofendida. Al día siguiente una de las amigas le llama por teléfono. Lucy contesta de una manera muy seria y muy cortante. “Lucy. Fíjate qué Ana y yo queremos invitarte a comer a un restaurante nuevo que conocimos. ¡Está padrísimo! Hace mucho que no salimos. ¿Vamos el jueves?”
-No, responde Lucy. Estoy muy ocupada, tengo muchas cosas que hacer y no tengo tiempo.
-¡Pero, Lucy! ¡Ándale! Tienes que tomarte un tiempo para relajarte. Trabajas mucho… Vamos..
Así sigue la conversación hasta que finalmente convencen a Lucy de ir a comer con sus amigas. Renuentemente Lucy accede a verse con ellas en el nuevo restaurante el jueves por la tarde. Al llegar al restaurante Lucy escucha gritos y celebración y se da cuenta que sus amigas le han organizado una fiesta sorpresa.
¡Todo este tiempo que ella había estado piense y piense en lo que podrían estar hablando mal de ella, ellas habían estado planeando una fiesta sorpresa!
¿Qué tiene que ver este ejemplo con el escudo de la fe? Veamos a Lucy otra vez, solo que esta vez ella tiene su escudo de la fe activado.
Están unas amigas platicando. Se ve que la plática es muy intrigante…algo se traen entre ellas estas amigas. Lucy alcanza a verlas de lejos y se da cuenta que la voltean en varias ocasiones. Lucy las ve y piensa “¿Qué estarán diciendo de mí?” Inmediatamente le viene un sentimiento de ofensa, al pensar que sus amigas están hablando mal de ella. Lucy reconoce el pensamiento y lo rechaza pensando, “mis amigas me aman y yo las amo a ellas también.” En cuanto ve que sus amigas la voltean a ver de nuevo las saluda con entusiasmo y se acerca a ellas. Platican un ratito y después Lucy se va a su casa muy satisfecha y contenta del tiempo que pasó con sus amigas. En el camino le da gracias a Dios por proveer de amigas que la aman. Al día siguiente suena el teléfono y Lucy contesta.
“Lucy. Fíjate qué Ana y yo queremos invitarte a comer a un restaurante nuevo que conocimos. ¡Está padrísimo! Hace mucho que no salimos. ¿Vamos el jueves?”
– ¿Este jueves? Creo que si tengo tiempo, me encantaría salir con ustedes.
Al llegar al restaurante Lucy escucha gritos y celebración y se da cuenta que sus amigas le han organizado una fiesta sorpresa. Una vez más le da gracias a Dios por las amigas que le ha dado y por cumplir la promesa que le ha hecho de rodearla de amor y misericordia.
En los dos ejemplos el enemigo lanzó el mismo dardo: “Tus amigas están hablando mal de ti.”
En el primer ejemplo, Lucy tenía su escudo de la fe “apagado” y dudó del amor y el cariño de sus amigas. El dardo llegó con un pequeño fuego que Lucy fue dejando crecer y crecer conforme pasaban los días.
En el segundo, Lucy tenía su escudo de la fe bien activado, creyendo en que Dios, su Padre que le ama, le ha rodeado de amor y misericordia a través de sus amigas. El dardo llegó con un pequeño fuego, pero no encontró como propagarse y se apagó de inmediato.
Los dardos llegarán a nosotros en las áreas en donde dejamos entrar la duda, porque la duda es precisamente lo que desactiva nuestro escudo de la fe. Si nos imaginamos al escudo de la fe cómo una puerta hacia las bendiciones de Dios, podemos decir que la fe abre esa puerta y las bendiciones pueden fluir, pero la duda cierra esa puerta y entonces no podemos recibir la bendición porque no le hemos creído.
¿Por qué es, entonces, el escudo de la fe la pieza más importante? Porque sin la FE, sin CREER, el resto de la armadura no tiene efecto.
Podemos leer y ver en la biblia que somos perdonados, pero si no lo creemos, no sirve de nada.
Pueden decir que Cristo nos ha justificado, pero si no lo creemos, no nos sirve de nada escucharlo. La FE, pues, es lo que viene a activar la Armadura de Dios en nosotros. Por eso dice Su palabra que SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS.
La fe – CREER – es lo que me llevará a vivir todo aquello que La Palabra dice acerca de mi.
¡Cuidado! No es creer como comúnmente pensamos:
Nos preguntan: ¿Vino Pedro? Y respondemos: “Creo que sí”
La fe es más bien: ¿Vino Pedro?
… si tengo fe respondo: NO TENGO LA MENOR DUDA DE QUE PEDRO ESTÁ AQUÍ.
Así es que levanta tu escudo…CREE, pero CREE CON CERTEZA, SIN LA MENOR DUDA y observa cómo los dardos de fuego del enemigo pierden su efecto y las bendiciones y promesas de Dios fluyen en tu vida permitiéndole disfrutar la Victoria que Cristo ganó para ti en la cruz.
Te mando un fuerte abrazo y bendiciones, Ana Romero
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