Siempre supe que Dios tenía un plan para mi, pero muy en el fondo sentía que no había una historia que platicar. Crecí dentro de un hogar en donde se me inculcó la importancia de tener una relación con Dios. Estuve involucrada dentro de la iglesia en el servicio a otros, pero llegó un momento en donde me sentí perdida por que ya había formado parte de la mayoría de los ministerios en la iglesia desde la alabanza, maestra de escuela dominical y compartiendo de la palabra en el ministerio de jóvenes en distintas iglesias y no encontraba mi lugar, sabia que había algo mas.  

Un día llegue temprano al ensayo de la banda musical y la iglesia estaba sola, imagínate una iglesia grandísima y yo en el centro parada pensando, esto es todo lo que significa seguir a Jesús? Y en ese momento sentí una gran convicción de que esto no era todo, de que había mucho más, de que yo fui formada y diseñada con un propósito específico y tenía que salir a buscarlo, y de esta forma, comencé la búsqueda por encontrar mi historia, mi voz, mi propósito. 

Desde mi adolescencia batalle mucho con problemas de salud, literalmente sufría mucho, y más cuando veía a otras chicas vivir su adolescencia muy contentas sin dolor y yo no.  

Llegue a mi juventud y mis problemas de salud se incrementaron, fui intervenida para tratar de controlar y quitar parte del problema, pero seguía batallando, el dolor incremento y las opiniones negativas de los doctores también. 

Creciendo soñé con ser esta mujer que servía a Dios, que conocía a un chico (músico de preferencia) enamorarme de él y casarme, tener hijos y juntos como familia seguir esta aventura con Dios. 

¡Oh sorpresa!, No sabía lo que venía.

Conocí a mi esposo, y al año de conocernos nos casamos y después de varios años intentando ser padres nos dimos cuenta que no podríamos ser padres,  y finalmente me intervinieron por última vez para retirar el órgano que por tantos años me tenía oprimida y sufriendo de dolor. 

El día de hoy me doy cuenta en donde estaba el corazón de Dios,  y me percato que mi plan no era el mismo que Dios había diseñado para mi, todos hemos sido llamados a algo especial, como el ser padres por ejemplo, pero Dios nos escogió, nos tomó de millones para hacer realidad los sueños de Su corazón a través de nuestras vidas. 

La pasión de mi corazón es inspirar a otros por medio de un movimiento llamado, “Nosotras Somos”  con el fin de empoderar a mujeres a que vivan con propósito en él diseñó que Dios les formó en un mundo tan demandante como el de hoy, por medio de pláticas, videos, lecturas y series.